domingo, 6 de diciembre de 2009

"Abandonar la educación para ir a la escuela"


"Abandonar la educación para ir a la escuela"[1].


Alumno: Ingratta Agustín Andrés

Docente: Amuchástegui Rodrigo

Materia: Filosofía – CBC

- Introducción

El título de este trabajo supone un concepto de educación que choca con el de escuela, es decir, con la consideración clásica de educación. Estos dos conceptos sobre educación son los que se desarrollarán.

Se pretende analizar los conceptos centrales que realiza István Mészaros en su obra “Más allá del capital” , que es, según sus palabras, una interpretación más de las obras de Marx. Por tal motivo, se mostrarán las críticas que realiza a la educación bajo la lógica del capital –capital y capitalismo son sinónimas en esta obra- y, además, aportará conceptos para un nuevo concepto positivo –hace referencia a la necesidad de construir más allá de la negación del capitalismo-.

La educación, según Istvan Mészáros, debería ser un medio para la emancipación humana, pero es todo lo contrario; esta contrariedad él la ve en las siguientes características:

1) Genera capacitación técnica del personal para que el sistema productivo siga perpetuándose y expandiéndose.

2) Genera, en un plano menos visible que el del punto 1), un marco de valores que legitima los intereses de la clase dominante (este punto podría relacionarse con la función de los aparatos ideológicos del estado conceptualizados por Althusser. Es aquí donde la educación toma forma de mercancía.

“Pensar la educación desde la perspectiva de la lucha emancipatoria no podría sino restablecer los vínculos entre educación y trabajo”[2]. Haciendo una paráfrasis simplificadora de Marx: Conociendo las formas de producción de una sociedad se conoce a la sociedad misma, se puede explicitar un eslabón más “ dime dónde está el trabajo en una sociedad determinada y les diré dónde está la educación” [3] .

La educación que propone el autor es una que se contrapone a la interiorización de las condiciones que legitiman al trabajo como mercancía, necesita redescubrir sus relaciones con el trabajo para ser una educación que produzca insubordinación y rebeldía.

El autor jugará con los siguientes pares de oposición para describir lo que se critica y lo que se propone: Explicar vs Entender; Acumulación de conocimiento vs Comprensión del mundo. Puede agregarse la educación bancaria –porque se deposita conocimiento- vs la educación crítica, conceptos acuñados por Paulo Freire. Retomando los pares, se puede decir que explicar es reproducir discurso, en cambio, entender es desalienarse, es descifrar el misterio de la mercancía, es – según sus palabras- la contrainteriorizacón.

De la lógica incorregible del capital a la contrainteriorización.

Los cambios realizados dentro de la lógica del capital y su adjunta lógica de reproducción, sólo se limitan a corregir errores sutiles por más bien intencionados que sean. El capital es irreformable, porque su propia naturaleza sistémica es incorregible. Los cambios educacionales dentro de esta lógica inescapable determinan un margen – “más violento” en un extremo, “más amable” en el otro- dentro del cual no se puede escapar. Buscar una reforma sistémica en la mismísima estructura del capitalismo es una contradicción, por eso hay que ir “más allá del capital”. Mészarós presenta dos modelos que intentan mejoras educacionales dentro de dichos márgenes: Adam Smith y Robert Owen. Tomo para analizar a Owen:

“¿Debemos entonces continuar obstruyendo la instrucción nacional de nuestros camaradas, que, como se mostró, pueden fácilmente ser entrenados para ser laboriosos, inteligentes, virtuosos y miembros valiosos del Estado? De hecho, la verdad es que todas las medidas propuestas hasta ahora son únicamente un paliativo para los errores del sistema actual. Pero, considerando que estos errores son ahora casi universales, y han de ser superados sólo por medio de la fuerza de la razón, y como la razón, para producir efectos sobre los objetivos más beneficiosos, avanza paso a paso, y se consustancia progresivamente con las verdades más significativas, una después de otra, será evidente, para mentes lúcidas y abiertas, que sólo con esos y otros paliativos similares se puede esperar, racionalmente, tener éxito en la práctica. Pues tales paliativos presentan la verdad y el error al público y, siempre que éstos son exhibidos en conjunto de un modo razonable, al final de cuentas la verdad debe prevalecer. Se confía en que esté próximo el tiempo en que el hombre no inflija, por ignorancia, más sufrimientos innecesarios al hombre; porque gran parte de la humanidad llegará al esclarecimiento, y podrá discernir que al actuar así, inevitablemente, se hará daño a sí misma” [4]

No es lógico el error de Owen, señala Mészáros, sino que radica en la lógica irreformable del capital; en sus palabras: “La circularidad que presentan sus argumentos es la consecuencia necesaria de la aceptación de un “resultado” , la “razón” triunfante –que procede con seguridad, “paso a paso”-, que prescribió “el error y la ignorancia” como el problema bien rectificado, y que se supone que la razón es por sí misma adecuada para resolver.”[5] La relación entre el problema y su solución está invertida, y con esto, ella redefine al problema para que se ajuste a la solución permitida desde el capitalismo.”

A continuación se desarrollan tres ejemplos donde la educación es utilizada para los propósitos mencionados en la introducción:

La Historia puede ser adulterada para cumplir el segundo propósito que mencioné en la introducción; por ejemplo en el caso de Cuba, Mészáros cita a Fidel Castro para ejemplificar: este último explica el rol de la escuela previo a la Revolución, donde a EEUU se lo presentaba como el país amable, lleno de generosidad, que interviene en los demás países para que éstos alcancen la libertad; para Castro, la potencia imperialista, a través de los libros, borra a todos los verdaderos héroes de la historia.[6]

La historia, además, a veces muestra al orden social como un orden natural, inalterable. Esto no se realiza sólo en los grandes medios de comunicación, sino también en las teorías académicas que dicen llamarse objetivas; Marx ejemplifica esto a través de la historia de la acumulación primitiva del capital y su tratamiento en la Ciencia de la Economía Política: “Esta acumulación originaria desempeña en la economía política el mismo papel que el pecado original en la teología”… “Como una anécdota del pasado. En tiempos remotos había, por un lado, una elite diligente, y por el otro una pandilla de vagos”.[7]

Locke fundamente la existencia de pobres por “nada más que la actitud ociosa frente a la disciplina y la corrupción de los hábitos”. Locke explicitó que el propósito de la creación de las escuelas debía ser el de capacitar a un personal ocioso que todavía no era rentable: “Los hijos de los trabajadores son una carga habitual”… “son mantenidos ociosos”… “suele perderse lo que producirán hasta que cumplan de los tres a los catorce años”… “La solución más eficaz es la creación de escuelas técnicas en las parroquias” … “Además tendrán alguna comprensión de la religión, mientra que ahora sólo están entregados al ocio”. [8] La escuela debió mutar – adquirió sutilizas ausentes en la descripción de Locke- en función de los cambios en la reproducción del capital: debió dejar atrás la brutalidad y violencia extremas

Con lo visto podemos afirmar que es fundamental que cada individuo “adopte como propias las metas de reproducción objetivamente posibles del sistema”… “educación se trata de una internalización por parte de los individuos de la legitimidad de la posición que les fue atribuida en la jerarquía social, junto a sus expectativas “adecuadas” y las formas “correctas” de conducta.”[9]

Si la internalización cumple su efecto, la violencia puede quedar en segundo plano; pero nunca desaparecer – el autor menciona, como ejemplos, las últimas dictaduras en la Argentina y Chile-.

Vale la pena remarcar que la educación formal no es la única que participa en este proceso de internalización y, en consecuencia, no es la única en la cual intervenir para que la situación se revierta. Además se estaría cayendo en la siguiente paradoja que plantea Mészáros: “Lograr de la sociedad del capital la aprobación de un mandato que estimule a las instituciones de educación formal a emprender la tarea de romper con la lógica del capital en interés de la supervivencia humana, sería un milagro monumental”[10].

El cambio educativo deberá ser, entonces, aquél que cuestione las formas establecidas de internalización por una alternativa concreta abarcadora. Entonces, ¿cómo deben ser los cambios, las soluciones? Mészaros parafrasea al epígrafe de su propio libro[11] y reitera que de existir una solución, ésta debe exceder el plano formal, debe ser esencial.

Avanzando con la alternativa educativa, Mészáros cita a Paracelso: “El aprendizaje es nuestra propia vida, desde la juventud hasta la vejez” y postula que todo cambio educacional esencial radica en volver consciente este proceso constante de aprendizaje.

Por más poderosa y grande que sea, ningúna manipulación “ desde arriba” puede transformar el complejo modelado de la concepción del mundo-internalización-, en palabras de Mészaros ésta es “ la suma de las concepciones particulares basadas en los intereses hegemónicos divergentes objetivamente irreconciliables, más allá de la consciencia o no de los antagonismos subyacententes”. El “sostenimiento” del sistema es dinámico, y, por lo tanto, presenta crisis, por ejemplo menciona la merma en las urnas –esto no es un cambio estructural-, esto es la `puerta para el “ cambio”. Pero más allá de sostenimiento o cambio, lo importante es el modo de internalización: la actual está basada en una matriz pasiva, donde rige el conformismo generalizado.

Necesitamos, entonces, la contrainternalización; pero ésta no debe basarse en la negación. Para introducirnos en sus ideas, utilza conceptos solidarios del filipino Renato Constantino. Este último vivió en un gobierno servil a EEUU. Primero los españoles modelaron la consciencia a través de la religión, luego EEUU utilizó la educación formal. La “Filosofía de la liberación”[12] que defendía depende de la concientización, no puede ser tarea de grupo aislado-por más bien intencionado que esté-, sino de todos.

Si bien se insistió en que la nueva propuesta no debe quedar en la negación, como primera fase, el autor propone una negación radical de toda la estructura impuesta por el capital. El papel de la educación debe ser, el de ruptura con la internalización dominante; pero la educación no debe quedarse en la negación del capitalismo, debe ser positiva –en el sentido que propone, que construye, por algo el libro se llama “La educación más allá del capital” – que no se sustente por la crítica al capitalismo[13].

Debe dejarse atrás el discurso que siempre se propuso: el “reformista”; éste abogaba por cambios graduales que mantenían el sistema intacto y minan la posibilidad de pensar un sistema alternativo; la idea de que “no hay alternativa” es la difundida. (Recuérdese el “ poco a poco” que utilizó Owen)

El papel de la educación debe ser soberano: debe elaborar estrategias para cambiar las condiciones objetivas de reproducción, como para la autrotransformación consciente de los individuos para concretar un orden radicalmente distinto –contrainternalización-. Dos conceptos inseparables serán claves para dichos propósitos: universalización de la educación y la universalización del trabajo entendida como actividad humana autorrealizadora; siendo ambos conceptos solidarios, sin estar subordinados el uno al otro.

Por último, quería reflejar esta indisociabilidad entre trabajo y educación para potenciar la importancia de su carácter universal, dicha relación queda reflejada en las siguientes palabras de Paracelso:

“Aunque respecto a su cuerpo, el hombre haya sido creado enteramente, no fue creado así respecto a su” arte”. Le fueron dadas todas las artes, pero no de una forma inmediatamente reconocible; debe redescubrirlas por medio del aprendizaje. La forma adecuada reside en el trabajo y en la acción, en hacer y en producir; el hombre perverso no hace nada, pero habla mucho. No debemos juzgar a un hombre por sus palabras sino por su corazón. El corazón habla a través de las palabras sólo cuando ellas se confirman mediante acciones. Nadie ve lo que está escondido en él, sino solamente aquello que revela su trabajo. Por lo tanto, el hombre debería trabajar continuamente para descubrir lo que Dios le dio”[14]



[1] Frase de Gabriel García Márquez citada en el prólogo de Mészáros, István. “La educación más allá del capital” Siglo XXI editores, 2008, Buenos Aires.

[2] Mészáros, István. “La educación más allá del capital” Siglo XXI editores, 2008, Buenos Aires. Pág 17.

[3] Ibid pág 17

[4] Ibid., Pág 27. Además en dicha obra se cita el orginal: Robert Owen, A new view of society and other writings, Londres, Everyman, 1927. Pág 124

[5] Ibid., Pág 30

[6] Ibid., Pág 31.

[7] Ibid., Pág 35.

[8] Ibid., Pág 38.

[9] Ibid., Pág 40.

[10] Ibid., Pág 40.

[11] El epígrafe que se evoca es: “Se viene a la vida cera, y el azar nos vacía en moldes prehechos. Las convenciones creadas deforman la existencia verdadera. Las redenciones han venido siendo teóricas y formales; es necesario que sean efectivas y esenciales. La escuela y el hogar son las dos cárceles formidables del hombre.” José Martí

[12] Ibid., Pág 53.

[13] Ibid., Pág 60.

[14] Ibid., Pág 63.


Ingratta Agustín Andrés 16/11/2009


Bibliografía:

MÉSZÁROS, ISTVAN. “La educación más allá del capital”. Buenos Aires, Siglo XXI editores, 2008 .

LIFSZYC, SARA. “El capitalismo”, publicado originalmente en Lifszyc, Sara (comp.), Sociología. Los hechos sociales, Buenos Aires, Gran Aldea Editores, 2001.

ALTHUSSER, LOUIS. "Ideología y aparatos ideológicos de Estado". Buenos Aires, Nueva visión, 1988.

FREIRE, PAULO. "Pedagogía de la autonomía". Buenos Aires, Siglo XXI editores, 2005.

1 comentario:

  1. muy bueno el trabajo. me sirvio para mi también, que soy un estudiante del joaquin V. Gonzalez.
    ¡Felicitaciones!

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